lunes, 13 de septiembre de 2010

Educación

Llevo mucho tiempo dándole vueltas a una entrada sobre las diferencias existentes en la educación de unas personas y otras. Nunca acababa de cuajar, así que, me tiro de cabeza y que salga el sol por Antequera.
Internet nos iguala y la educación nos separa. No quiero decir que unas personas sean más o menos educadas que otras, sino que sus vivencias, necesidades y sensibilidades se han decantado hacia espacios diferentes.
Y pongo un ejemplo: no hace mucho tiempo vino a mi casa una persona. Tenía una inflamación en un pie y traía una pomada en el bolso.
Estábamos en el comedor y yo ya había puesto la mesa. Se quitó el zapato y, parsimoniosamente, comenzó a extenderse la pomada le dije "¿por qué no vas al baño? " me respondió "No, no me huelen"...
No es algo demasiado importante, pero para mi es elemental. No me va a hacer desgraciada, pero me produce desasosiego.
No es mi educación mejor ni peor que la suya, es diferente.
Otro ejemplo es la puntualidad. Yo quedo a una hora y cinco minutos antes, llego al sitio, porque creo que no debo hacer esperar a los demás y su tiempo es, al menos, tan importante como el mío. Conozco muchísima gente que siempre llega tarde. Muchos de ellos, más educados que yo, seguramente, pero nunca estarán entre mis amigos.
Yo estoy orgullosa de mi forma de vida. No hace mucho , alguien me dijo "Me da pena tu forma de vivir" . Y eso me parece absolutamente contrario a la educación que yo he recibido.
En la vida cotidiana, esas personas y yo nunca hubiéramos coincidido. En internet, sí.
Y es estupendo que las amistades de internet sigan en internet siendo amigos para siempre. Pero la convivencia es otra cosa.
Y es en convivencia donde las personas necesitan haber recibido el mismo tipo de educación, para ser felices.